martes, 27 de noviembre de 2007

La lucha por la supremacía tecnológica


En la antigüedad, el hombre luchaba para ganar territorio, riqueza y poder; hoy en día, los países en bloque buscan tener el control del bien más preciado: la inofrmación. Por ello, se lanzan en una competencia por desarrollar las mejores tecnologías y de ser posible, controlar el espacio que ahora importa, el espacio por el que circula la información.

Basta con echar un vistazo al anuncio publicado por la agencia AFP referencia al desarrollo de un nuevo sistema GPS que le permitirá a los Estados Unidos competir con el proyecto Europeo denominado Galileo.

WASHINGTON (AFP) - Estados Unidos, creador del sistema de navegación vía satélite GPS, se dispone a rebatir el proyecto rival europeo Galileo con una nueva generación de GPS con capacidades duplicadas, que igualaría los avances tecnológicos que promete su nuevo competidor.

La puesta en servicio de Galileo, anunciada para 2012, será entonces seguida del lanzamiento de los primeros satélites GPS III, el avance más importante del sistema estadounidense desde su lanzamiento, en la década del 90.

Comparados con el actual GPS (Global Positioning System), "los satélites GPS III ofrecerán una mejor navegación a los usuarios civiles y militares gracias a una mayor precisión y resistencia a los intentos de interferencias hostiles" de parte de países enemigos, dijo el coronel David Madden, responsable de la rama GPS de la Fuerza Aérea norteamericana, en una reciente entrevista.

La red será puesta progresivamente en funcionamiento en tres fases, con un primer lanzamiento de satélites "previsto para finales de 2013", y estará integrada a largo plazo por una constelación de 32 satélites, según el coronel Madden.

Estados Unidos espera así mantener la hegemonía de su sistema, convertido en una infraestructura indispensable tanto en el plano económico mundial como desde un punto de vista militar.

Creado en 1986, el GPS o Navstar (Navigation Satellite for Time and Ranging), concebido por el Pentágono, permite hallar con precisión una posición en cualquier lugar del mundo. Respaldo clave del comando militar estadounidense, este sistema es distribuido gratuitamente a suministradores de servicios GPS, que a su vez lo ponen a disposición de instituciones civiles, como transportistas viales, marítimos o ferroviarios.

Estados Unidos ya ha realizado una primera modernización de su sistema, con el envío desde fines de 2006 de satélites de nueva generación dotados de una mejor calidad de señal, de una segunda frecuencia dedicada a los usuarios civiles y de una precisión de localización del orden de "unos metros", según una de las firmas que lo fabrica, el grupo estadounidense Lockheed Martin.

Pero el GPS III promete nuevos avances, con un poder de transmisión 500 veces superior al del sistema actual, permitiendo reforzar considerablemente su resistencia a las interferencias, y una precisión de un metro, como el sistema Galileo, según el sitio de internet especializado en la defensa Globalsecurity.org.
Otra mejora: al principio, los datos transmitidos por los militares del Pentágono a los organismos civiles eran voluntariamente alterados, afectando su precisión. Pero la Casa Blanca, que ya había suspendido la utilización de esta función en 2000, anunció en septiembre que el nuevo sistema no incluirá tal "capacidad de degradación".

Mientras los europeos acaban de esbozar una solución a la cuestión del financiamiento de Galileo, que pretende hacerlos independientes del sistema estadonidense GPS, Estados Unidos hace avanzar su nuevo proyecto. La Fuerza Aérea lanzó en julio una licitación para el desarrollo y la producción de una primera serie de ocho satélites GPS III, por una suma de 1.800 millones de dólares.

Los gigantes estadounidenses Lockheed Martin y Boeing están en carrera, y esperan una respuesta para "comienzos de 2008", según un portavoz de Lockheed, Steve Tatum. La Fuerza Aérea acaba también de atribuir a mediados de noviembre dos contratos de 160 millones de dólares cada uno a los grupos Northop Grumman y Raytheon, para desarrollar la parte "en tierra" del programa de nueva generación de GPS (estaciones de control y antenas).





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